HISTORIA
El contexto Histórico:
La Guerra de Independencia no pasó de largo por Almería. Aunque su amenaza se veía lejana desde nuestra provincia, los franceses llegaron a ocuparla comandados por Goudinot, quien entró en la ciudad el 15 de marzo de 1810. Le ofrecieron resistencia los famosos guerrilleros Mena, Villalobos y Arostégui. En 1812, los franceses se retiran de Almería tras ser vencidos en Arapiles. En 1814 vuelve Fernando VII al poder y con él, el absolutismo y la derogación de las Cortes de Cádiz de 1812. Tras el episodio conocido como el “Trienio Liberal”, que se inicio con el levantamiento del Teniente Coronel Rafael de Riego en 1820 en la localidad sevillana de Las Cabezas de San Juan, que propicio la Restauración de la constitución de 1812, popularmente conocida como “La Pepa”, y que instauro la Monarquía Parlamentaria.
Sin embargo la profunda desafección del Monarca al régimen constitucional, los conflictos entre las diversas facciones liberales, y la inestabilidad política reinante, desembocaron en la intervención en 1823 de la Santa Alianza, formada por Francia, Austria y Rusia, esta decidió en el Congreso de Verona el envío de una fuerza conocida como los “Cien Mil Hijos de San Luís”, 132.000 hombres del ejercito Francés al mando de D. Luís Antonio de Borbón, Duque de Angulema.
Tras cruzar los Pirineos los “cien mil” se pasearon por España terminando con la Aventura Liberal, determinando el futuro de toda la historia de España y desembocando en la represión absolutista mas asfixiante, casi toda la intelectualidad del país se exilió, principalmente en Londres, los que se quedaron sufrieron un proceso de depuración, siendo ajusticiados o cuando menos marginados.
En este contexto se dio uno de los más conocidos episodios históricos de la capital Almeriense, La Matanza de los "Coloraos", esta tuvo lugar en 1824, cuando un grupo de soldados provenientes de Gibraltar, a los que se les apodó los "Coloraos" por el tono de sus casacas, desembarcó en Almería con ánimo de proclamar la Libertad, restituir la Constitución de 1812, y continuar con el “Trienio Liberal”. Al fracasar en su intento, 22 de ellos fueron fusilados por los absolutistas en la Rambla de Belén a la altura de la c/ Granada. Años más tarde, se levantó en su honor un monumento en la Plaza Vieja (o del Ayuntamiento), al que se le llamaba cariñosamente -y se le llama- el "pingurucho" y que fue también objeto de controversia: destruido en 1943 con motivo de la primera visita del Generalísimo Franco a Almería, no se restituyó hasta 1987 a instancias de los grupos más progresistas de la ciudad, quienes también resucitaron el homenaje anual a los "Coloraos" celebrado cada 24 de agosto.
Relato Histórico de los Hechos:
En la madrugada del catorce de agosto de 1824, varias chalupas se aproximan a la playa ubicada a legua y media de la ciudad de Almería. Cuarenta y nueve hombres bien armados y uniformados saltan a tierra. En un primer momento, los cuarenta hombres allí emboscados tras sabinas, entinas y palmitos creen que la ayuda enviada son tropas inglesas y no españoles emigrados apenas hace un año, derrotados por los 100.000 hijos de San Luís. Se equivocan pues allí está D. Pablo Iglesias, a la sazón, general de las fuerzas presentes y antiguo capitán de los Cazadores Voluntarios de Madrid y que al grito de “Libertad o Muerte” inicia esta desafortunada aventura.
Ocho días antes partían desde Gibraltar a bordo del Bergantín “Federico” y acompañados de un falucho, ambos pilotados por experimentados contrabandistas adictos a la causa liberal. Entre tanto en la plaza de Almería, los realistas tomaban serías medidas, como el arresto de los ciudadanos manifiestamente liberales, imponer vigilancia en las calles, armar a voluntarios “honrados” realistas, sumando finalmente 500 hombres armados y varias piezas de artillería bien dispuestas. Todos estos preparativos fueron previstos por el clima de inseguridad creado por varias partidas de contrabandistas formadas hasta por 100 hombres, el asalto del Coronel Francisco Valdés a Tarifa apenas 11 días antes, y algunos pequeños levantamientos como el de D. Francisco López en Jimena.
El primer ataque se produjo el mismo día 14 y principalmente por los navíos expedicionarios que cruzaron fuegos con las baterías de San Luís y Trinidad recibiendo varios impactos. Las tropas de a pie no encontraron el apoyo prometido por los liberales del interior de la ciudad, por lo que no tuvieron mas remedio que retirarse al interior para pertrecharse, descansar y reunir a los voluntarios de las Milicias, llegando a sumar 400 infantes y 80 montados.
Nuevamente en la madrugada del 16 las fuerzas de Don Pablo Iglesias se presentan ante los muros de la ciudad, divididos en tres grupos, dos de los cuales comenzaron el asalto desde la Puerta del Sol y el cerro de San Cristóbal. Tras varias horas de sufrir un vivo fuego por parte de los defensores de la plaza, contabilizando tres muertos, cinco heridos graves y varios leves, deciden abandonar su empeño. Mientras en la llamada Puerta de Purchena, el grupo más escogido y la reserva inician el asalto una hora más tarde, pero chocan con el tesón de los defensores apostados en los muros de las torres que flanquean la puerta arcada morisca. Al no tener nuevamente respuesta de los liberales internados y tras cuatro horas insufribles de lucha inútil, el aumento de las bajas y el miedo a los refuerzos realistas de la comarca, deciden desistir del intento al comprobar que muchos voluntarios ya han huido de sus puestos.
A partir de este momento 50 hombres, casi todos los desembarcados, luchan por su supervivencia perseguidos por varias partidas de realistas, siendo poco a poco apresados o muertos, realizando su último combate en el Cerro de los Cuernos en plena Sierra de Alhamilla, donde finalmente un grupo de 5 hombres se dispersó para huir disfrazados de paisanos.
El 24 de Agosto eran fusilados de espaldas y arrodillados, 22 de los prisioneros, acusados de traidores al Rey y la Patria, no sería los últimos, un año después Don Pablo Iglesias sufría la misma pena tras su juicio en Madrid. |
